Basuritas

Hace rato veía a mi papá tratando de quitar una basurita que cayó en su café y me puse a debrayar un poco sobre el tema...

Las primeras preguntas que me vinieron a la mente son ¿por qué las basuritas nos ponen incómodos? ¿acaso pensamos que nos vamos a enfermar por comerlas? ¿quitar la basurita hace que sea completamente seguro comer la comida que la tenía? ¿por qué no nos incomoda comer otras cosas que sí nos hacen daño, como conservadores o grasas saturadas, de la misma manera que nos incomodan las basuritas? ¿por qué tampoco nos incomoda la idea de que seguramente comemos basuritas sin darnos cuenta?

Luego me puse a analizar la situación: La energía que gastamos tratando de quitar las basuritas de la comida no puede ser mayor que la que nuestro cuerpo gastaría en eliminarlas si nos las comiéramos. Además, quién sabe, podría ser que las basuritas sean nutritivas (¿de qué están hechas?) o tal vez sirvan para que nuestro sistema inmunológico se ejercite (así como en el caso de las personas que comen tacos en los puestos afuera del metro y no se enferman).

Mi conclusión es que eso de quitarle las basuritas a la comida no es muy racional que digamos.

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